mamá, cuéntame un cuento.
-
Mamá, cuéntame un
cuento.
“Había una vez
un patito muy, muy curioso que fue a una reunión de animales acompañando a sus
padres. Sin poder estar por más tiempo callado, le preguntó a su madre:
- Mamá, ¿cómo
se besan los caballos?
- Juntan sus
hocicos.
- ¿Y cómo se
besan los perros?
- juntan sus
hocicos.
- ¿Y cómo se
besan los gatos?
- Juntan sus
hocicos.
-¿Y cómo se
besan los leones?
- Juntan sus
hocicos.
-¿Y cómo se
besan las mantis religiosas?
- Cariño, la
curiosidad puede ser una virtud que ampliará y satisfacerá tu sed de
conocimiento; ello siempre no la emplees
esta cualidad ni con desmesura ni por
carencia. – Al ver que el patito no
entendió nada de lo que había comentado, la mamá pato añadió: - Lo entenderás
cuando seas mayor. – Así dio por zanjado el tema.
El patito
entonces pensó que, quizás, si era buen observador, podría ver a alguna pareja
de animales descuidados dándose muestras de afecto. El resto de la tarde no
volvió a salir palabra alguna de su pico pues estuvo ocupado en la búsqueda de
un par de mantis religiosas”.
-
Que patito más
curioso – Mi niña calló unos segundos que a mi me parecieron eternos- Mamá, ¿ahora
me darás mi beso de buenas noches?
Sonreí. Acerqué mi cara a la suya, junté nuestras
frentes, y con la punta de mi nariz friccioné suavemente la punta de su nariz,
de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Tras ello, me levanté de la
orilla de la cama donde había estado sentada hasta ese momento y me dirigí
hacia el umbral de la puerta.
- Buenas noches, cariño.
Salí de la habitación
después de haber apagado la luz. Me apoyé en el marco de madera y curvé mis
labios, creando la forma de una medialuna, todo gracias a ese beso de esquimal,
aquel por el cual, día tras día, sigo relatando historia tras historia. Porque
esa, al final, será siempre mi
recompensa más preciada.
0 divinos comentarios